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Cerca de la ciudad de Inverness, en Escocia, existe un extenso y profundo lago de agua dulce. Allí, hace muchísimos años, en el siglo VI, una persona cayó al agua y otros vieron cómo un enorme animal se abalanzaba sobre él. Consiguieron rescatarle a tiempo, pero el terror de lo que acababan de ver les obligó a mantenerse lejos del lago durante mucho tiempo.
La noticia de la existencia de un enorme animal similar a un dinosaurio en el lago corrió como la pólvora. Al principio, nadie creía esa historia, pero todos avivaron la leyenda al intentar describir al monstruo.
Muchos pescadores añadieron anécdotas de sucesos que les habían pasado en el lago y no eran capaces de explicar: un remolino repentino en medio del agua, una forma oscura y alargada pasar por debajo de la barca…
Y comenzaron los intentos por describir la apariencia del monstruo: unos decían que parecía un enorme cocodrilo; otros, que más bien era como un dinosaurio de largo cuello…. Muchos lo comparaban con un plesiosauro, mientras que otros defendían que era más bien como un pez gigante.
Por su parte, los más incrédulos, achacaron estas impresiones a ramas que flotan en el agua, y a la propia sugestión de aquellos que acudían al lago en busca del monstruo acuático.
Hasta que Nessie, el nombre con el que llamaban al monstruo del lago Ness, volvió a hacer acto de presencia, y esta vez, un fotógrafo logró captar su primera imagen…
